Translate

Search here

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Juzgar a los demás.


Para mí todo sucedió como he dicho. Él es inocente. No tiene nada que ver. ¿Qué sabéis vosotros de lo que pasó, de lo que él sentía en ese momento? No sabéis justificar, no sabéis perdonar. Lo único que sois capaces de hacer es juzgar. Decidís como debe ser la vida de vuestros hijos según vuestros deseos, según lo que vosotros pensáis, sin adivinar siquiera mínimamente que pensamos nosotros. Para vosotros la vida es una partida de cartas, todo lo que no conocéis es una carta incómoda que desearíais no haberla cogido. No sabéis que hacer con ella, os quema tenerla entre las manos. Pero no os preguntáis por qué alguien se comporta de forma violenta, por qué alguien se droga... ¿Qué os importa? Al fin y al cabo no es vuestro hijo, no os afecta. Es violento, es verdad, pero quizá lo es porque no sabe explicarse muchas cosas, porque le han contado muchas mentiras y porque ése es su único modo de reaccionar. A mí no me importan nada tu amigos, lo que opinen ni cómo me juzguen. Siempre decís que es gente que se ha hecho a sí misma, que ha llegado donde está con esfuerzo. ¿Pero adónde han llegado? ¿Qué han hecho? Sólo dinero. No hablan con sus hijos. En realidad no les importa nada de lo que hacen, lo que sufren. Os importamos un carajo. Ahora que me has dado una bofetada, tu conciencia está tranquila. Ya puedes volver a charlar con tus amigas y sentarte en la mesa de juego. Has educado a tu hija, ha entendido qué es justo y qué no lo es... Ha entendido que no debe decir palabrotas y que hay que comportarse bien. ¿No ves que eres ridícula, que das risa? Me mandas a misa todos los domingos, pero si hago demasiado caso al evangelio, entonces no, no va bien. Si amo demasiado a mis semejantes, si llevo a casa a alguien que no se levanta cuando entras o que no sabe comportarse en la mesa, entonces pones mala cara. Tendríais que inventar iglesias exclusivas para vosotros, un nuevo evangelio donde no resucite todo el mundo, sino sólo las personas que no comen con camisetas de tirantes, las que no firman poniendo antes el apellido, las que sabes de quiénes son hijas, las que están bronceadas y son guapas, las que visten como vosotros decís que hay que vestir...

No hay comentarios:

Publicar un comentario