Borntodie.
Y, el domingo por la tarde es lo mismo que en las fiestas cuando son las 5 de la mañana, que uno se da cuenta que ha esperado en vano, que no ha ocurrido nada extraordinario. Que no han venido personas a salvarnos la vida, ni hemos conocido a nadie maravilloso. Y entonces, tiene sabor a desengaño esa hora.
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