Borntodie.

¿Cuánto hace que nunca regresaste? Me parece que mil años, pero mil años no puede ser, porque nadie vive mil años, entonces debe ser un año. No, no. Un año tampoco. Un mes. No, no. Ya van casi dos meses. La última vez dijiste “No puedo olvidarme de ti, aunque pase el tiempo, yo te sigo amando”. Y yo te creí en el mismo instante en que pronunciaste esas palabras. Tal vez porque la palabra es para mí tan importante, me aferro a las palabras que me dicen con desesperación de náufrago a un madero en medio del océano y tu voz tiene, además, un tono que hace que todo lo que digas parezca transparente. Hay un largo silencio entre los dos, una ausencia infinita. No te llamo. No me llamas. No me escribes. No te escribo. No construyes un puente. No tengo como llegar a tu lado, porque no hay puente para cruzar.