Borntodie.
Me cuesta describir la situación. Me cuesta recordarlo y también creerlo. Otra vez, nosotros dos. Él me abrazo y nos quedamos en silencio. Escucho tu corazón, me dijo y acariciaba mi espalda, de arriba hacia abajo. Sus manos no dejaban de acariciar mi cuerpo y sus palabras mis oídos. Yo también sentía su corazón y también un poco de confusión. Todo lo que había estado imaginando y deseando sobre él, estaba sucediendo. Me confundía entre la realidad y mis deseos hacia él, pero él me hacía sentir lo suficientemente viva como para saber que no estaba viviendo un sueño. Era real, él también me deseaba y saber esto ahora, hace que nuestros deseos sean aún más prohibidos. Estamos jugando con fuego, lo sabemos. Pero también sabemos que de todas maneras nos quemaremos.
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