Micalleesnuevayork.
Por eso, al final, después de mucho pensarlo intenté meterlo todo en un pequeño sobre, sin remite por supuesto, que al final me entraron ganas de que empezaras a saberlo. Pero descubrí que no dejar mis huellas es cosa de cobardes. Y, como suele pasar en estos casos, al llegar la mañana, no me di ni cuenta de que ya nunca estabas, de que nunca habías estado.
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