Translate

Search here

martes, 20 de diciembre de 2011

Micalleesnuevayork.


Último paseo del año por Madrid. Una ciudad que se muere de frío vestida de navidad. La gente sonríe mucho. Intercambian bromas y deseos mientras se comen un bocata de calamares en la Plaza Mayor. Las luces se reflejan en sus pupilas y hoy no importa no llegar a fin de mes. Incluso aquel que no es feliz, finge serlo. Es Navidad.

Y luego estoy yo. Con el corazón en la garganta, esperando tropezarme con tus hoyuelos al doblar la próxima esquina. Estás más guapo cuando eres feliz. Cuando sonríes, hay hormigas revoltosas en mis pies. Pero yo no lo sabía. Estabas tan cerca que nunca te había visto. Igual que no sabía que el frío de Madrid no es cosa del invierno, sino de ti.

Entonces por la radio anuncian que se acerca una tormenta. Una de las gordas. Con avalancha de nieve incluida. Con distancia, también. Sálvese quien pueda. Pero nadie está a salvo de los aguaceros si donde llueve es en el corazón. Y en el mío, diluvia. Porque el año termina mientras imagino cuántos lunares hay en tu espalda. Y eso no estaba en mis planes. En los tuyos, supongo, tampoco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario