Me hubiese gustado decirle que la quería, y no de esa forma complicada en la que a veces se querían a otras personas, sino de una manera sencilla que no me obligaba a pararme a pensarlo. La quería como al respirar. Pero no lo hice, y me quede ahí callado, mirándola a los ojos , esperando a que dijese algo, o a que al menos viniesen a mi las palabras adecuadas. Pero no ocurrió, no, no ocurrió...
No hay comentarios:
Publicar un comentario