Después de una mañana y parte de la tarde de compras navideñas, Vanessa caminaba realmente cansada, deseando llegar a casa y descansar por fin. De camino, tropezó y calló al suelo, con ella todos los regalos que llevaba. Se agachó y comenzó a recogerlos. Agachada en el suelo se sentía realmente estúpida y recogía con prisa para que nadie más viese el rídiculo que acababa de hacer. De pronto, frente a ella se situó una sombra, que reconocía con facilidad. Levantó la cara y allí estaba, era él, con su maravillosa sonrisa. Se agachó frente a ella.
-¿Te ayudo?- dijo amable.
-Gracias- contestó sonriente y levemente sonrojada por la vergúenza.
Después de ayudarla, se despidió con un "espero verte pronto" y un "feliz navidad". Y así, Vanessa contempló como se alejaba la persona con la que más deseaba pasar esa noche tan especial.
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