Translate

Search here

sábado, 3 de julio de 2010

Domenica

                  Sabes que me gusto esa tarde de domingo. Tú me viniste a buscar a casa. Ya era hora de merendar y nos apetecía un helado casero que había hecho mi abuela. Bajamos a mi portal y nos sentamos en el sofá a disfrutar de nuestro helado que segundos después acabo en el suelo debajo del sofá. Entonces te eché una carrera al parque de a lado de mi casa, tú te quedaste un poco más atrás. Te picaste y me empezaste a hacer cosquillas en medio del césped. Cuando nos empezó ya a doler la barriga de tanta alegría nos sentamos en un banco. Yo te conté todo lo que me sucedió aquella semana, tú me escuchabas mientras me mirabas fijamente a los ojos. Me invitaste a sentarnos debajo de un árbol, el sol de abril nos estaba achicharrando. Yo me apoyé en tu hombro mientras tú me cantabas y arrancabas margaritas que minutos más tarde serían para mí. Estuvimos allí hasta que se fue el Sol. Luego, me compraste regalices rojos, de esos que me gustan, en el centro comercial del barrio. Los íbamos comiendo por el boulevard y recuerdo la iglesia que estaban acabando de hacer y sentí que las venas me ardían cuando me susurraste que allí me verías entrar con un vestido blanco.

                                                                                                                            Leticia.F

No hay comentarios:

Publicar un comentario