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sábado, 3 de julio de 2010
Quella città
Sobra decir que desde siempre me encanta viajar. Es conocer, aprender, caminar, desconectar, descubrir, evadir... A mí especialmente me gusta Madrid, sus calles con olores diferentes, sus edificios altos y grandes, sus colores vivos, su temperatura, sus nubes de nieve en el cielo, sus verdes parques, sus brillantes estrellas al anochecer, sus miles de tiendas, sus luces, sus bancos con sus ancianos, sus brutos sonidos, su aire... Todo empezó un 9 de septiembre. Eran las 7 de la mañana y yo no podía dormir. Me levanté y fui hasta la terraza, ya estaba amaneciendo y los rayos de sol me molestaban. Algunos aún seguían de fiesta y otros iban con churros para casa. Pensé en cuando era pequeña, en donde quería vivir y que quería hacer cuando fuera adulta. En realidad no sé como paso, pero salí deprisa de la terraza y me vestí, no recuerdo exactamente si era un vestido rojo o rosa, sé que cogí la primera maleta que vi debajo de mi colchón y metí el armario dentro. También cogí los ahorros de toda mi vida y me fui corriendo a la estación de bus. "Señores pasajeros en unos minutos saldrá el autocar destino a Madrid" que bien sonaba eso, ya era mayor de edad y aunque a los que me quisieran no les iba a gustar la idea de irme como un relámpago, a mi me apasionaba tomar decisiones por mí misma. Por fin después de seis horas de viaje llegué. La verdad desde hacía un tiempo estaba deseándome irme no sabía dónde, si mi lugar era Madrid, Málaga, Murcia, Mérida... Pero creo que escogí bien. Después de un par de minutos de despiste me senté en un viejo portal y en segundos apareció él. Aquel bar, esa canción; La plaza en donde empezamos a salir; Nuestro primer beso en la Gran Vía; Paseos por el retiro; Despedidas en el metro; Noches sin dormir; Tu habitación, mi habitación; Mi cumpleaños; Varias cenas; Nuestro hotel; La película; La espuma de la bañera; Tu sonrisa; Mi flequillo; Tu mirada y besos... Y ahora mi vestido blanco sobre la cama, te dije que solo me quedaría unos meses, te lo advertí. Hoy no me casaré contigo, volveré a mi lugar. Tengo asuntos que resolver, preguntas por responder, trabajos que terminar, familia, amigos, mi casa, mi cama y sobre todo quemar malos recuerdos...
- No me puedes hacer esto, yo te quiero y sé que tu también me quieres.
- ¿Sabes? Quizá venga mañana o nunca no lo sé. Gracias por todo, he vivido unos meses increíbles, los mejores de mi vida quizá. Y ¿sabes? Me encanta Madrid porque estás tú, porque aquí está nuestra historia.
- Te echaré de menos. Buen viaje.
Leticia.F
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